domingo, 22 de junio de 2008

Lo que nos enseñan las calles de Monte Grande


Si miramos con atención, los nombres de las calles de nuestra ciudad muestran cosas interesantes.
Enemigos irreconciliables unidos por un cruce, patriotas vinculados a la tierra que gobernaron y hasta calles que se cruzan consigo mismas.
Todo es cuestión de saber mirar…
Veamos, entonces.


Los enemigos reconciliados

Allá por 1810, cuando se formaba la primera junta de gobierno, las facciones encabezadas por
Moreno y Saavedra se enfrentaban defendiendo, cada una, distintos modelos de país.
Tan fuerte fue ese enfrentamiento que cuando Moreno murió a bordo del barco que lo trasladaba a Europa, muchos vieron la mano de su archienemigo Saavedra en esa muerte.
Hoy, en Monte Grande, Moreno y Saavedra son, casi, la misma calle, apenas separadas por el cruce de Alem.






Moreno y Saavedra: dos visiones enfrentadas, una misma calle


Lavalle y Dorrego protagonizaron otro de los enfrentamientos históricos de nuestro país.
Allá por el año 1828, el general unitario
Juan Lavalle encabezó una sublevación contra el gobierno del coronel Manuel Dorrego a quien depuso. Pocos días más tarde Dorrego fue capturado, condenado a muerte y fusilado, sin proceso ni juicio previo, por orden de su enemigo, Lavalle.
Hoy, en nuestra ciudad, las calles Dorrego y Lavalle corren juntas, paralelas, como símbolo de unión y reconciliación entre los argentinos.






Dorrego y Lavalle: enfrentados en la historia, unidos en Monte Grande


Ya un poco más acá en el tiempo, nos encontramos con dos políticos radicales:
Leandro Nicéforo Alem e Hipólito Irigoyen, quienes vivieron entre finales del siglo XIX y principios del XX.
A pesar de que eran parientes (Alem era tío de Irigoyen) y de que militaban en el mismo partido (la Unión Cívica Radical) terminaron sus vidas enfrentados ferozmente por cuestiones ideológicas.
Alem terminó suicidándose e Irigoyen fue dos veces presidente de la Nación.
Otra vez las calles de Monte Grande intentan reconciliarlos: el cruce de Alem e Irigoyen es una de las esquinas más céntricas, transitadas y concurridas de la ciudad.






Alem e Irigoyen. El cartel de la esquina y una imagen de los años 80.



Otros próceres hechos calle

Durante las invasiones inglesas de principios del siglo XIX hubo una figura que se destacó por su heroísmo y su valentía: el
virrey Santiago de Liniers.
Este hombre, a pesar de ser francés, defendió a la corona española con enorme decisión, y logró la reconquista de Buenos aires.
En Monte Grande, hoy, las calles Liniers y Reconquista corren juntas, como para que no olvidemos esa hazaña.





Este cuadro muestra el momento en que Liniers logra la reconquista de Buenos Aires.



Otro francés famoso de esas épocas fue Luis Vernet, quien fuera gobernador de las Islas Malvinas entre 1829 y 1833.
Cuentan que durante esos años hizo mucho por las islas: fundó colonias, ayudó a los colonos y trabajó la tierra. Tuvo que irse, por la fuerza, cuando los ingleses las invadieron.
Hoy, en nuestra ciudad, la calle Luis Vernet se cruza con la avenida Nuestras Malvinas.
Un buen homenaje ¿no?.





La calle Nuestras Malvinas en la década de los años 20.



Los Santamarina

Es bien sabido que
la familia Santamarina fue una de las que más hizo por la fundación de nuestro distrito y por el desarrollo de Monte Grande.
Lo que no es tan sabido es que hoy son tres las calles que los homenajean.


* Sofía Terrero de Santamarina: se llama así la calle que bordea a la plaza Mitre. Tiene cuatro cuadras de largo y sobre ella están los edificios más importantes de la ciudad: la municipalidad, la escuela Nro. 1, la comisaría, la iglesia y varios otros.

* Enrique Santamarina: una de las avenidas más importantes de Monte Grande. Corre desde la plaza hasta, precisamente, la “curva de Santamarina”, donde se choca contra la quinta de los Santamarina y… ¡¡con la calle Ramón Santamarina!!


* Ramón Santamarina: es la avenida que va desde “la colorada” (Pedro Dreyer) hasta la barrera de la calle Cerveti. Sobre esta avenida está la quinta de la familia Santamarina y, entre otras cosas, el barrio de edificios conocido como “Coca Cola”






Don Ramón Santamarina, el fundador de la dinastía.


La calle que se cruza consigo misma

En el barrio conocido como “Las curvitas”, más o menos a la altura de la avenida Nuestras Malvinas al 800, encontramos una esquina bastante llamativa: la que forma la calle

Miguel Cané con la calle Miguel Cané.
Sí, esta calle, de forma circular, se cruza con ella misma dando origen a esa curiosa esquina.







La esquina de M. Cané y M. Cané.

"La calle enseña", dicen por ahí... Y nosotros le encontramos otra vuelta a ese viejo dicho.