Finalmente, tal como lo venía prometiendo, hoy el Escuadrón del Gran Monte tomó la plaza Mitre por asalto.
La cosa fue más sencilla de lo que esperábamos.
Habíamos pensado que la cana iba a ser un obstáculo, porque están justo frente a algunos de los "objetivos" que nos habíamos propuesto, pero la verdad es que no jodió para nada.
El plan era el siguiente:
El plan era el siguiente:
1) "Disfrazar" a todas las estatuas de la plaza colocándoles narices de payaso y colgándoles carteles con leyendas.
2) Izar una bandera del Escuadrón en el mástil ubicado frente a la iglesia.
3) Tapar con una cartel del Escuadrón los cartelones que usa la muni para promocionar sus actividades culturales.
Todos pudieron cumplirse sin problemas.
Empezamos por los bustos de Sarmiento y Mitre y el monumento al docente, que están más alejados de la vista de la comisaría.
"Si yo soy la civilización, el Escuadrón del Gran Monte es la barbarie", dice el gran sanjuanino
"Si yo soy la oligarquía, el Escuadrón del Gran Monte es la plebe", asegura don Bartolomé, siempre tan elegante
"No me apoyen", implora el pobre alumno.
Después, en una sencilla pero emotiva ceremonia, procedimos a izar la bandera del Escuadrón.
Observen qué pintoresca la imagen de la iglesia al fondo.
Izando la bandera
A continuación, ya envalentonados como estábamos, le tocó a la pobre Eva Duarte de Perón. Tenemos que confesar que, secretamente, le pedimos perdón a Evita por joder con su imagen. De todas las figuras de la plaza es la que nos cae más simpática.
"Si Evita viviera, sería del Escuadrón del Gran Monte" y se cagaría de risa de nuestras boludeces
El objetivo más difícil era el monumento a la madre: es alto, está muy a la vista y, encima, está bien iluminado.
De todos modos, trepar, colgar el cartel y ponerle la nariz fue cuestión de segundos. Así quedó la pobre madre, con su hijo cagado:
A esa altura, ya todo nos parecía posible.
Los canas dormían y la poca gente que pasaba ni nos miraba, así que desplegamos el enorme papel afiche y lo colocamos justo en la esquina de la plaza que sirve de nacimiento a la avenida Boulevard Buenos Aires:
"Monte Grande, tierra del Escuadrón del Gran Monte", pudieron leer todos los montegrandenses.
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Una vez más el objetivo estaba cumplido: nos divertimos, no le hicimos mal a nadie y, principalmente, logramos que muchos vecinos comenzaran el día con una sonrisa.
Esos, y no otros, son los modestos objetivos de este Escuadrón.
Todavía hay quienes no nos entienden y quieren ver detrás de nuestras acciones otras intenciones, más oscuras, más sofisticadas.
Lamentamos desilusionarlos: solamente queremos cagarnos de risa y, como decimos siempre, HACER DE MONTE GRANDE UNA CIUDAD MÁS DIVERTIDA. Sencillamente.
¡Hasta la próxima!
Del portón no queda nada, pero los pilares que lo flanquearon en alguna época indican que debe de haber sido pequeño pero majestuoso. 
Desde afuera, el aspecto de la casa es bastante lúgubre. Debemos reconocer que algún integrante del Escuadrón amagó pegarse la vuelta, con la excusa de que lo esperaban para cenar. 
Una vez dentro del jardín, el màs conocedor de los miembros del Escuadrón aprovechó para explicar que la casa fue construida hace casi 120 años, cuando Monte Grande era poco más que una amplia extensión de campos verdes. Los primeros dueños fueron una tal familia Maya, oriunda de Barcelona, que la vendieron al poco tiempo de construirla.
Durante unos instantes, todos los miembros del Escuadrón permanecimos en silencio, seguramente imaginando a la desconocida familia Maya compartiendo su vida dentro de esas habitaciones hoy llenas de basuras y malezas.
Acà estamos metiendo nuestras cabezas en el interior de la chimenea.
