Cuando el día empezó a asomar, una misteriosa caja roja apareció en la vereda del Telégrafo, en plena avenida Alem.
En pocos minutos se llenó de gente.
"No toquen, puede ser un atentado" decían los más cautelosos.
La policía, como siempre, apareció casi al toque.
Esta vez, como la cosa parecía más peligrosa, fueron cuatro o cinco los canas que se presentaron para ver qué hacer.
Hubo quienes pensaron que era un mensaje para Groppi, otros lo adjudicaron a la campaña electoral y hasta quien, mitad en broma y mitad en serio, acusó a Bin Laden de querer empezar a actuar en nuestras tierras.
Eran ya más de las ocho, y había que hacer algo. El más valiente de los canas tomó coraje y le pegó una patada a la caja.
"No tiene nada adentro", dijo.
Todos se reían.
"Es otra joda del Escuadrón" gritó uno.
Al final, todos se avivaron de que era nada más que eso: una joda.
La caja simplemente estaba llena de globos rojos y algunos mensajitos para la policía.
Los canas la cargaron en la camionte y se fueron.
La gente empezó a dispersarse.
Desde atrás de unas plantas, los miembros del Escuadrón sacaban fotos y disfrutaban.
"Misión cumplida, de nuevo", se dijeron.
Monte Grande está empezando a ser una ciudad más divertida, en la que de vez en cuando, pasan cosas.
Esa es la idea.
1 comentario:
No podesssssssssssssss
Jejejejejejejej
Publicar un comentario